Inmaculada Izquierdo
La hora del Silencio
Un discípulo fue a su Maestro y le dijo..
—-Maestro, estoy triste, decepcionado, mi corazón está dolido…. ayudé, acompañé hace un tiempo a que alguien sanara su enfermedad y se ha ido sin una sonrisa ni un adiós…
el Maestro respondió…
—-¿A la hora del silencio puedes viajar y tomar consciencia?
Sí,—-dijo el discípulo—- aunque mis lágrimas no dejan de brotar..
Entonces —susurró el Maestro—- permite que tu emoción se agote, esperabas más de lo que era, tuviste en tus manos su enfermedad y le ayudaste a que se sanara, tu cumpliste tu parte!!! no sufras mas… en vez de ahogarte en tus lágrimas, deja que una barca sea impulsada por tu latir sobre ellas , y sonríe!!!, dile adiós!!!, porque tu sí tienes la paz….

Hay una hora al día donde el silencio se hace presente, es en el inicio de un viaje al que llamamos “dormir” … Nuestros ojos se cierran y el sonido de la respiración es una de las músicas que se presencia, la que acompaña a este viaje al que en vez de dormir yo le llamo “tomar consciencia”… Como en todo viaje, puedes elegir los compañeros a quien entregarles tu presencia.. puedes elegir, pensar, fantasear, bucear en los entramados del ego.. o simplemente soltarte a contemplar, dejarte llevar por el otro componente musical que asoma llamado “latir”, y junto a él, entrar al compás de su movimiento..
Cuando respiración y latir se unen, ya no hay escapatoria, solo fusión, que ofrece un espacio donde aparece el “sentir”, que se convierte en una música galopante que acelera la respiración y el latir. Cuando consigues entrar en contacto con esta energía, todo deja de tener importancia y a la vez todo se magnifica, no hay comparaciones, sólo silencio… Un silencio del que no huyes, justamente porque descubres que este silencio tiene voz, una voz que pone la letra a esa orquesta que suena para ti…
Escuchar el silencio es la más hermosa canción que jamás podrás escuchar, brotarán tus lágrimas sin juicios ni vergüenzas, es agua pura, emoción latente que emana los sentimientos más profundos y verdaderos, aquellos que nacen de la expresión mas elevada de tu respiración y tu latir, hilo conductor que unifica Espíritu y Corazón en la materia…
Durante el día, cuando todo te aparta del silencio, el ego no deja de enmarañar e inventar turbulencias, creando falsas realidades de lo “que fue”, quizá porque el orgullo y la vanidad son más poderosas que la humildad y la gratitud, y te alejas, te apartas de la posibilidad de unirte al Amor que toda experiencia humana trae en la tierra.. cansas tu mente e invades de estrés el canal que une mente superior con mente inferior, imposibilitando creaciones que vibran con mayor positividad, la ambición de un ego que anhela “ser” lo que no “es” te aparta de amar aquello que sí “eres”, por no entrar en un silencio y una contemplación que abrigan comprensión y respeto.. Desde ahí pretendemos encontrar mil técnicas de meditación para lograr.. el qué???? en ocasiones una falsa e inexistente paz… ya que la paz, es una sensación que sólo puede sentirse en movimiento, la paz es alegría, la paz es concordia, la paz es integrar, no desintegrar ni separarse más...
Sólo el silencio nos lleva a meditar, un silencio que va ma allá del mal entendido silencio, hablo de un silencio que es consciencia, un silencio que no precisa acallar remordimientos, ni ocultar la rabia y el odio, un silencio que une respiración y latir…
Hay una hora al día donde ese silencio asoma y te entrega la oportunidad de “meditar” de verdad, el que te enseñará una vez lo hayas aprendido “durmiéndote”, a vivir “meditando” estando “despierto”, en “movimiento”, sin necesidad de cerrar los ojos a las seis de la tarde y tumbarte en salas que no son tu “casa” ni tu día a día, sino lugares donde si son tu vida de verdad…. Es en ese momento, al que yo llamo “tomar consciencia” y muchos llaman “irse a dormir”, donde se presenta la voz que todo lo habla, de la que no puedes huir, la que te obliga a “verte” y encontrarte con aquello que vives, y pone tras tus párpados imágenes de lo que creas en palabras y acciones… Finalizar un nuevo día y cerrar tus “ventanas” en paz, es la clave para “revisar” sin necesidad de “morir”, y a la vez quien te permite “morir” para “renacer” a la salida del nuevo sol…
Respirar, latir en armonía con aquello y aquellos que me ayudan en el camino de “Reconectarme,” , poder abrazar a los que siguen estando y a quienes les doy el adiós en el camino, es la antesala de toda meditación..
El ego “enfermo”, el que vive en el “mal estar” no se da permiso a meditar, como mucho “creerse” que lo hace desde el “raciocinio”, para seguir contaminándose de falsas “creencias” que vibran apartadas de su verdadero color…
Amo entrar cada noche en mi cama, ese lugar sagrado al que llamo mi “templo” envuelta de sábanas blancas de algodón, de esas que aún se planchan, y me acompañan a ese viaje que ya no es “dormir”, es dejar reposar mi cuerpo, darle su merecido descanso y empezar a “despertar” y “tomar consciencia” de aquello que ha sucedido HOY… y es entonces cuando cada noche, entre la luna y mi estrella, enlazo respiración y latir, y empiezo a “sentir” para “sentirme” y una voz que emerge del corazón convierte en “cuento” aquello que ha sucedido, aquello que me he “creído” aquello que me ha “confundido” .. y es el sabor de mis lágrimas dulces las que expanden mis pulmones y ordenan, una a una, cada cosa en su lugar, no sólo mi cuerpo descansa, puedo sentir la paz en mi consciencia, y al levantarme descubro que "Revisar... es meditar, meditar... es vivir, y la Gratitud... la llave que abre la puerta".
Inmaculada Izquierdo